Hace poco escuchaba a una coach de abundancia que decía: “Si todavía no tienes eso que quieres manifestar es porque tienes creencias limitantes con el merecimiento”.
Ya era segunda vez que esa palabra me llegaba. Después de tooodo el trabajo que he hecho para sanar mi autoestima todavía los mensajes de mi Yo interior eran que tenía una creencia con el merecimiento que sanar.
Por una parte, no sentía que fuera así porque me la repetía siempre y ya sentía que me merecía todo lo que quiero sólo por el simple hecho de pasar por esta experiencia humana, soy una convencida de que no vinimos a este mundo a sufrir, el sufrimiento lo va escogiendo nuestro ego.
Pero en el fondo sabía que algo me faltaba sanar.
Así que después de mucho analizar me di cuenta que tenemos una gran distorsión con el merecimiento.
Desde pequeñas tenemos muy claro el merecimiento desde lo negativo, “se me rompió mi taza favorita por reírme de mi hermana, me lo merecía”.
Nos repitieron ese “te lo mereces” desde el “castigo” toda la vida y así lo hemos sostenido hablando de nosotras mismas y de otras personas. Son años de esto en nuestro inconsciente, por eso es lo que más vemos en nuestra realidad.
Entonces… ¿Cuántas veces te has dicho «me lo merezco» cuando te pasa algo bueno?
Me atrevo a decir que muy pocas…
Y menos si lo bueno lo asocias a la suerte o a una bendición de 1 vez, porque le das ese poder a algo externo y no a que es tuyo por derecho, no te das cuenta que tú lo manifestaste.
Además, lo usas para justificar un mal hábito, como cuando gastas de más o comes algo que te hace mal y te dices “me lo merezco, para eso trabajo”, pero eso lo dices desde la mente porque tus emociones sienten que estás haciendo algo que no deberías hacer. Así que le refuerzas la idea a tu inconsciente de “estoy haciendo algo malo, así que me merezco este castigo”.
En el fondo sabes que te estás saliendo de tu presupuesto, que te vas a tener que endeudar para llegar a fin de mes o estás comiendo con culpa, crees que después te vas a arrepentir, te preguntas si estuvo bien hacerlo o no, etc.
Te entiendo, porque también he sentido todo eso.
Por eso te recuerdo que no sólo te repitas la frase todos los días, siéntela cuando te pasen cosas buenas, no es suerte, es TODO lo BUENO que mereces.
Cuéntame, ¿Crees que tienes una distorsión con el merecimiento?